El cuadro propone al espectador un acertijo con el mismo transfondo de autoconocimiento (o de ironía) que el propuesto por la Esfinge a Edipo: "Si el astronauta se quitara el casco, ¿qué vería el espectador? ¿A otro hombre, al demonio o a Dios?"La respuesta, para los terrícolas de ese Infierno azulado, es irrelevante.
guau
ResponderEliminarestaria bien poder de(ir algo mas que eso
quiza lo haga(uando mi te(lado re(upere la (ordura y las tildes
por ahora solo se me o(urre que quiero mas
m
gracias M
ResponderEliminarAhora sí.
ResponderEliminarBrillante. Quiero decir: Terrible, en francés.
Quiero decir que lo has dicho todo. Mirándolo uno entiende el valor de los adjetivos demostrativos. Entiende que ese infierno azulado es este infierno azulado y que el hecho de que la respuesta sea irrelevante es lo que convierte esa tierra en la tierra. Y lo mejor es que uno expecta, tú lo has dicho, es que mira desde fuera y parece que no es parte de lo de dentro. Aunque no haya elección, aunque no haya más papel que Ser en el interior de "ese infierno azulado".
¡Soberbio!
ResponderEliminarPero la pregunta también podría ser qué es lo que vería el astronauta: ¿muchos hombres muertos, muchas almas vivas o muchos hombres que le miran como (y aquí sí) mira el espectador?
(O si ese infierno sería un cementerio para un vivo, o la eternidad para un muerto, o sería un objeto de arte).